LA PROFECÍA AUTOCUMPLIDA Y EL CORTISOL

Estos conceptos son importante entenderlos para poder lograr nuestras metas y tener una vida saludable, evitando que nuestra mente nos engañe.

La denominada "profecía autocumplida" o autorrealizada (self-fulfilling prophecy) es la predicción que una persona hace sobre una falsa concepción original de una determinada situación, y que finalmente se cumple, como consecuencia de los comportamientos que esa persona genera, precisamente, por esa predicción subjetiva. Es en sí misma la causa de que al final se haga realidad. 

Por ejemplo, tener miedo a que suceda algo que, al final, acaba sucediendo, a causa de tus percepciones negativas que te sirven para poder reforzar tu creencia de que sucederá, generando comportamientos influenciados por estas. Como consecuencia, acaba sucediendo aquello que temías.

El concepto fue creado por el sociólogo Robert K. Merton, y que deriva del teorema de Thomas: "si una situación es definida como real, esa situación tiene efectos reales". Es decir, cuando una persona se convence de que una situación tiene determinado significado, independientemente de que realmente lo tenga o no, adecuará consciente o inconscientemente su conducta a esa percepción, para que finalmente tenga ese significado real.

Esto puede ser utilizado en nuestro beneficio para lograr lo que queremos, pero también puede generar lo contrario si somos negativos, creando "sesgos cognitivos" y "prejuicios". Para el cerebro es más "económico" tener estos atajos mentales para no tener que gastar más energía en desafiar la verdad o analizar más profundamente algo que no se ajusta a nuestras creencias.

Como explica la psiquiatra Rojas Estapé M., en nuestro cerebro se encuentra una zona llamada "sistema reticular activador ascendente", que hace que prestemos atención solo a las cosas que nos preocupan o nos interesan, desechando el resto de información, generando así sesgos de la información

Por ejemplo, si te preocupas demasiado en que alguien te mienta, solo te fijarás en aquellas cosas que refuercen esa idea, aunque realmente no sea real. Si te interesa mucho un determinado coche, te fijarás constantemente y verás ese coche por todos los lados. O en relación con la profecía autocumplida, si te obsesionas con que no conseguirás aprobar un examen porque es difícil, al final no lo apruebas porque te fijarás solamente en aquellas cosas que refuercen tu idea y actuarás en consecuencia.

No obstante, activar esa zona puede servir para conseguir lo que queremos, desarrollando el optimismo, en vez de centrarnos solo en lo negativo teniendo una actitud pesimista. Si creemos, por ejemplo, que nos merecemos un determinado puesto de trabajo, tus pensamientos irán alineados en esa dirección con tus actos, hasta que finalmente lo consigues, porque has creado las circunstancias para que ocurra.

El 91% de las cosas negativas que pensamos que van a suceder, no suceden.
Las investigaciones científicas han demostrado que, solamente con pensar en negativo, el cuerpo es capaz de generar la hormona del estrés (el cortisol). Este pico de cortisol en sangre, producido por una interpretación o pensamiento negativo, por una situación que nos estrese o por reaccionar con ira, puede durar en el cuerpo entre 3 a 6 horas. Cuando alguien está enfadado, tiene menos riego sanguíneo en la zona cerebral encargada de la toma de decisiones. Por tanto, hay que evitar actuar hasta que haya disminuido la emoción.

Cuando el estrés se cronifica en el tiempo, y por tanto el cortisol, ocasiona consecuencias físicas (dolores, taquicardia, problemas digestivos, cansancio, dermatitis...) y psicológicas (aislamiento, problemas de sueño, fallos de memoria, irritabilidad, estados depresivos...). Hay estudios que incluso consideran que puede aumentar la probabilidad de desarrollar cáncer.

Además, si una persona ha experimentado hechos traumáticos o dolorosos, si un día vive una situación que se asemeje o que le recuerde a ello, puede que produzca los mismos pensamientos (y como consecuencia, síntomas) como si viviera una amenaza real, lo que provoca un estado de alerta con intoxicación de cortisol. Es importante no creerse todos los pensamientos negativos que nuestra mente genera, pues no todos son reales y hay que aprender a distinguirlos. El cerebro no diferencia entre lo real y lo imaginario a la hora de secretar hormonas.

Pero hay varias maneras de eliminar el cortisol:

🔺Si tenemos vivencias y pensamientos positivos, hacen que se eleven en nuestro cuerpo las hormonas de la felicidad (serotonina y dopamina), compensando el cortisol. El optimismo, según la epigenética, es capaz de generar cambios en nuestros genes, y según la neurociencia, en la estructura cerebral. Se ha demostrado que en los cerebros de las personas que entrenan el pensamiento positivo, se produce la "neurogénesis" (creación de nuevas neuronas), que también se puede generar con el siguiente punto.

🔺El ejercicio físico. Hace que el cortisol se elimine a través del hígado y se liberen endorfinas (hormona del bienestar).

🔺Distanciarse de personas tóxicas y evitar situaciones que nos generan elevado estrés. No obstante, hay que saber distinguir aquello que nos perjudica realmente, de aquello que nos causa estrés o ansiedad por miedos o fobias, siendo la única forma de vencerlos la exposición continua a lo que nos genera esa emoción negativa hasta que el cuerpo se habitúe y desaparezca. Una vez superado el miedo, la superación personal de lo que nos limitaba nos brindará cosas positivas y nos motivará para superar otras.

🔺Meditación y mindfulness (atención plena a lo que sentimos físicamente y centrándonos en cada momento presente, distanciándonos de los pensamientos). Se ha comprobado cómo la meditación, practicada de forma continua en el tiempo, produce cambios cerebrales. Hay  muchas formas de meditación.

🔺Alimentación saludable. Por ejemplo, el Omega-3 contribuye a mejorar las inflamaciones que genera el estrés. También hay determinas dietas para mejorar los estados depresivos, por ejemplo, eliminado o reduciendo al máximo la ingesta de carbohidratos ultraprocesados y el azúcar.

Siguiendo con lo que recomienda Rojas Estapé, para lograr una actitud optimista y positiva hay que saber gestionar las emociones de forma adecuada, lo que implica:

- Autoconocerse, comprendiendo nuestras conductas y aceptándonos para superarnos.

- Huir del perfeccionismo para no convertirnos en eternos insatisfechos, y del autoboicot, para que nuestro diálogo interno sirva para mejorarnos, apoyarnos y no para generar cortisol. Aceptar el fracaso es necesario para lograr el éxito.

- Ponernos objetivos pequeños, al menos, para poder llegar a un objetivo más grande.

- Trabajar la voluntad. Alguien con voluntad llega más lejos que alguien inteligente sin voluntad.

- Practicar la asertividad (habilidad de expresar las opiniones y emociones a otras personas sin hostilidad y con respeto) y desarrollar la inteligencia emocional (capacidad de expresar correctamente las emociones y de ponerse en el lugar de los demás). Lo contrario a la inteligencia emocional sería la "alexitimia": la dificultad de sentir, reconocer y expresar emociones, en uno mismo y en las relaciones con otros, que se da más entre los hombres, normalmente por la escasa educación emocional que han recibido como consecuencia del tradicional rol de género asignado social y culturalmente a lo largo de la historia.

- Educar en optimismo. La felicidad no deriva de lo que nos sucede, sino de la interpretación que hacemos de lo que nos sucede. 

Por tanto, tengamos en cuenta todo lo que puede conllevar la "profecía autocumplida" y el pensamiento pesimista, puesto que si generamos pensamientos negativos, no solo nos puede llevar a que se acabe cumpliendo algo que no deseamos por nuestros propios actos autoinducidos (o no conseguir algo que queremos por nuestros sesgos y prejuicios), sino también a generar cortisol perjudicando nuestra salud e influyendo en nuestro alrededor.

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Compagino mi trabajo como funcionaria A1 con mi pasión por la escritura | Jurista del Cuerpo Superior de Técnicos de Instituciones Penitenciarias | Licenciada en Derecho | Titulada en Criminología y Dirección y Gestión de Seguridad | Formación en igualdad y prevención de violencia hacia la mujer | Cinturón Negro Taekwondo | Expresidenta de la Asociación de Técnicos de IIPP | Amante de la lectura | Me gusta ayudar con las palabras

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