ME CUESTA CONFIAR
Hoy realizo la siguiente reflexión.
Y es que me cuesta confiar en los políticos y políticas, a pesar de haber conocidos a vari@s impecables (a quienes aplaudo y admiro), pues a much@s les interesa mucho más su estatus, el poder y el dinero, que realmente servir a la sociedad y resolver de verdad los problemas. Además, much@s mienten.
A much@s, por desgracia, les importa más los votos para su partido, a costa de cualquier cosa, que realizar un buen servicio público. A much@s, les interesa más que quede mal la oposición, que cumplir con lo que deberían hacer. Si se le puede hacer la zancadilla, mejor. Y esto pasa en todos los colores y en todos los niveles.
Es agotador. Y los funcionarios y funcionarias estamos debajo.
Y también pasa, que se nombran personas (no siempre, por suerte) que no son expertas en los servicios que van a dirigir. Porque pesa más un carnet que la formación, experiencia y vocación; porque pesa más el miedo a que otr@s les hagan sombra. No basta hablar bien en público. Tampoco basta aparentar ser buena persona, sino también serlo aunque nadie te vea.
Y sí, me cuesta mucho fiarme de un grupo (político, religioso, social, etc.) que cree que lo suyo es lo mejor y el resto es lo peor, que cree que su verdad es la única auténtica y no escuchan a los demás. No me gustan las sectas, sean del color que sea, o de la religión que sea.
No se si os pasa a vosotr@s, pero me resulta muy difícil identificarme con un único grupo político. Y no me gusta la gente que discrimina a quienes son de otra ideología (trato que, por cierto, está prohibido en la Constitución Española).
También, el machismo existe en todas las ideologías políticas y grupos sociales. Y el movimiento feminista, con sus diferentes vertientes, está presente también en todas las ideologías.
Hoy en día, prefiero la meritocracia y la tecnocracia antes que la política, o al menos, la política actual.