EL SAPIOSEXUAL
Para una persona sapiosexual la verdadera atracción no surge por un físico, que también puede acompañar, sino principalmente por el hecho de que la otra persona tenga un cerebro privilegiado. Este tipo de personas pueden caracterizarse por buscar tener conversaciones con la otra persona que van más allá de lo superficial, con necesidad de adentrarse en temas más profundos que les estimule mentalmente.
Admira la inteligencia del otro, que le lleva a sentir atracción sexual o enamoramiento. Le motiva la novedad y huye de la rutina. Inconscientemente puede asociar esa capacidad intelectual con seguridad en la relación sentimental.
No necesariamente implica que se reste importancia a la atracción física (que es subjetiva), sino que sería condición imprescindible en esta atracción, la cualidad de inteligencia y/o sabiduría, pudiendo además valorar como esenciales otras cualidades como la personalidad, los valores, la bondad, etc.
Este tipo de personas no suele llegar a enamorarse de alguien que considere con menor capacidad intelectual que ellas, pues no obtendrían la motivación y estimulación mental intelectual, o al menos, para poder establecer una relación estable.
No obstante, en el mundo complejo de la atracción y del amor no hay reglas escritas.
La química que se genera en cada cerebro puede depender de muchos factores. Y está claro que en cada persona lo que desencadena el amor es diferente, constituyendo un conjunto de aspectos culturales, biológicos, sociales... que primarán unos sobre otros, según cada persona.
Falsos sapiosexuales:
Por otra parte, existe una clase de personas que valiéndose de este tipo de atracción sapiosexual, justifica su amor o emparejamiento con otras personas (como por ejemplo, con mujeres u hombres mucho mayores en edad) que casualmente tienen mucho dinero o poder.
A veces sí es real esa atracción, pero también muchos de estos casos suceden por intereses muy ajenos al amor y química sexual. Incluso el objetivo de algunas de estas personas es aprovecharse de la fama de la otra para tener descendencia y/o contraer matrimonio y asegurarse así un sustento económico, o para saltar a la fama u obtener algún beneficio material.
En mi opinión, el amor honesto, sincero e incondicional, no entiende de dinero, de posesiones materiales ni de estatus social o situación de poder. Es cierto que esa posición ventajosa de la otra persona, a veces puede ser un plus que la hace a los ojos ajenos más atractiva o interesante, pero el verdadero sentimiento debe surgir respecto a la persona, no por sus bienes materiales o situación de poder.
¿De qué sirve asegurarse una buena situación económica, social o laboral, o rodearse de lujos utilizando a otra persona que quizás se llegue a enamorar e incluso sufrir, si no sientes algo tan poderoso como es llegar a enamorarse o vivir al máximo el concepto del amor, cariño y pasión? La vida sólo se vive una vez ,y es triste que existan personas que se aprovechen o se quieran acercar a otras sólo por intereses tan superficiales. Eso implica convertirse en el parásito de otro, conformándose con algo que antes o después podrá desvanecerse, mientras que amar a otro por lo que es, por su esencia y manteniendo tu identidad y méritos propios, es un amor sano y sincero.
Uno vale más por lo que es, que por lo que tiene.
Sentir mariposas en el estómago al estar al lado de la persona que admiras y por la que sientes, sin importarte su cartera, su estatus o influencia, sentirte "lleno" y crecer como persona por lo bueno que te aporta y lo que tú le aportas, compartir una vida con alguien que te ama por lo que eres, por lo que le transmites, eso sólo pueden experimentarlo las personas valientes y honestas, que saben lo que implica amar; las que creen en el amor en estado puro, en la química y la complicidad, sin egoísmos ni necesidad de aparentar.