EL AMOR DURANTE EL CONFINAMIENTO
¿La COVID-19 también es peligrosa para el amor?, ¿es capaz de romper relaciones o de afianzarlas?
Durante los confinamientos y restricciones de movimientos como consecuencia de la amenaza de la pandemia en todo el mundo, más estricto en unos países que en otros, se producen inevitablemente cambios en la forma de relacionarnos.
Las relaciones sociales son esenciales para los seres humanos, el contacto, el apoyo emocional, formar parte de una familia, de una red de amistades, de compañeros de trabajo, etc.
Y en esta situación de aislamiento, restricciones y contactos sociales ¿qué ocurre con el amor? Cada persona lo vive de manera diferente en función de sus circunstancias, dándose así diversas situaciones:
➹ Por un lado, hay parejas que están conviviendo juntas en el mismo domicilio confinados. Algunas con hijos/as, otras con animales, o ambos, y otras teniéndose solamente la una a la otra.
Las hay quienes lo llevan bien, en domicilios suficientemente amplios para que cada uno tenga su propio espacio, incluso con acceso a exterior. Pero en cambio, hay otras parejas o familias que viven en casas o pisos pequeños, sin acceso al aire libre en el propio hogar, o sin mascota a la que poder pasear o disfrutar de su compañía.
Las características del espacio habitacional pueden influir en cómo se desarrolle el aislamiento y en el deterioro de algunas relaciones. Por eso es muy importante evitar conflictos, realizar técnicas de relajación, centrarse en hobbies que puedan llevarse a cabo y mantener una relación lo más saludable posible.
➹ Se han dado casos de violencia familiar por el aumento de tensión producida y de violencia de género, donde la víctima se ve obligada a convivir con el agresor, donde los hijos/as viven ese conflicto sin poder salir del mismo espacio. Desgraciadamente se han producido ya varias muertes en dichas circunstancias. La sociedad, y en concreto las comunidades de vecinos, tienen que avisar a las autoridades competentes cuando oigan o presencien algún tipo de violencia en el ámbito doméstico. Es muy importante la solidaridad y la responsabilidad social en estos momentos de crisis.
➹ También ocurre que en el mismo hogar vive alguna persona infectada o enferma por este coronavirus, donde aún conviviendo tiene que estar aislada físicamente de la manera posible. O incluso que una pareja ingrese en un hospital, produciéndose una separación que les impide poder estar en contacto y cuidarse mutuamente por el riesgo que conllevaría. Aunque también hay quienes ingresan juntas, algunas superando a la vez la enfermedad y otras, tristemente, no.
Y en el peor de los casos, muchas personas, dada la situación sanitaria desbordante no han podido incluso despedirse de sus seres queridos antes de fallecer debido a la enfermedad. No han podido hacer un adecuado duelo, una ceremonia funeraria, un contacto físico con otros familiares o amistades que es tan necesario en esos momentos... Algo desolador.
➹ Por otro lado, están las parejas que no conviven juntas, sino que cada una permanece en su domicilio, pudiendo sólo estar en contacto mediante los medios tecnológicos e informáticos que tengan a su alcance. La manera de poder verse es por videollamadas o si viven cerca, a lo mejor en un local, a distancia, compartiendo miradas y algunas palabras tal vez. Otras intentarán saltarse las normas de seguridad y sanitarias con el riesgo que ello conlleva. Como Romeo y Julieta en tiempos de virus...
➹ También están las personas que se estaban conociendo y que les ha distanciado esta situación, en algunos casos enfriando la posible relación, y en otras, idealizándose o manteniendo las ganas de volver a verse.
Habrá quienes ahora valoren más a otros, su situación personal, o aumente el amor que sienten por la otra persona, o quizás al contrario, que la situación les sirva para reconocer que ese amor ya no existe o que no merecía la pena. Y habrá otras personas que simplemente quieran ahora estar solas.
➹ Se darán situaciones en que las parejas, conviviendo o no, decidan que cuando todo esto termine, dada la cercanía de la amenaza de una posible muerte por un virus impredecible, decidan formar una familia o aumentarla. Quizás a muchos/as les cambie la forma de ver la vida, sus prioridades, su manera de relacionarse. Pero también habrá gente que seguirá con la misma forma de pensar y actuar cuando todo esto pase. No todo el mundo interioriza igual las experiencias.
➹ Hay personas que incluso han aprovechado el inicio del confinamiento para decidir vivir juntas, o aprovechan excusas para poder estar juntas. A algunas les irá bien, suponiendo una prueba de convivencia y para conocerse más. A otras no les irá tan bien o acabarán decidiendo distanciarse cuando todo esto acabe.
➹ Por otra parte, nos encontramos con las personas que viven solas en su domicilio y que justo antes del confinamiento habían terminado una relación. Algunas se sentirán realmente mal, en una situación complicada donde el apoyo es fundamental, pero también les servirá para superar una fase de duelo y para centrarse en sí mismas para poder curarse y evolucionar. Otras, en cambio, se darán cuenta de la necesidad de volver a tener a su lado a su ex pareja o incluso, recuerdan a otras personas de su pasado, queriendo saber cómo se encuentran e incluso en algunos casos, retoman de nuevo el contacto.
También hay por desgracia ex parejas que buscarán a otras de manera nociva, o saltándose órdenes de alejamiento y prohibiciones de aproximación y/o comunicación que tengan impuestas judicialmente.
➹ Hay quienes intentan conocer a otras personas por aplicaciones informáticas y tecnológicas en esta situación de aislamiento y restricciones, o incluso conocen a alguien especial en su vecindario, por razón de su trabajo o ayudando a otras personas.
Otros ya estarán acostumbrados a la distancia, y por tanto, se sienten fuertes en esta situación, incrementándose las ganas de volver a verse cuando todo esto pase.
Nunca sabes dónde puedes encontrar el amor.
Tal vez ya lo encontraste y lo valoras aún más en estas circunstancias, o tal vez, no te diste cuenta de que estaba delante tuyo. O quizás, esto te haya hecho ver que ese amor no era para ti o que no te hacía bien, o incluso, que aún no estás preparado para encontrarlo. Quién sabe.