¿DONDE ESTÁN LOS PSICÓPATAS?


Cualquiera de nosotros puede cruzarse cada día con alguien que creemos que es una persona “normal”, que siente como nosotros, o al menos de manera similar, o conocer a alguien cuya vida es la que aparenta. Pero la realidad es que convivimos con el bien y el mal. Los ángeles y los demonios.

En mi opinión, el mal, ese concepto que tradicionalmente se ha relacionado con el demonio, existe. No con una apariencia de cabra humanoide, o criatura monstruosa que no puede entrar en una Iglesia. El demonio es un ser humano, como todos nosotros, pero se distingue de los demás por el hecho de ser psicópata. Puede ser un miembro de tu familia, un compañero, un superior en el trabajo, tu pareja, o quizás tú… Mujer u hombre, pero mayoritariamente suele ser hombre.

El psicópata, como bien han investigado varias disciplinas científicas y destacando al doctor en psicología e investigador Robert Hare, tiene un cerebro diferente al de alguien que no es psicópata. Hay expertos que creen que nacen así, y otros, creen que se hacen, ya sea por las circunstancias que han vivido y contexto en que se ha desarrollado su personalidad, o por algún daño cerebral, emergiendo en su interior una psicopatía (o también llamado trastorno antisocial de la personalidad, pero no se considera una enfermedad).

Podríamos englobarlo en dos tipos: el psicópata criminal (que comete delitos) y el integrado en la sociedad (no llega a cometerlos, pero genera daño a su alrededor). Este tipo de ser humano se distingue de los demás por una serie de rasgos, entre los que podemos mencionar:

Carece de empatía:
Es incapaz de ponerse en el lugar de los demás. No tiene la capacidad de sentir lo que la otra persona siente, pues su cerebro no está diseñado para ello. Así que por más que intentes entenderlo no lo conseguirás, ni lograrás que tenga remordimientos por algo que ha hecho mal. No le dará pena haber hecho daño a alguien porque no sabe qué son esos sentimientos y no siente que le importe. Está anestesiado emocionalmente.

Es impulsivo y egoísta: El psicópata reacciona normalmente de manera impulsiva. Sólo le importa su ego y sus propios intereses. Si ayuda a alguien es porque tiene un interés detrás. Los demás son meros instrumentos para conseguir sus objetivos. A muchos les interesa por encima de todo tener poder, control, sentirse superior a los demás. Lo único que puede sentir es frustración, rabia o ira cuando no consigue lo que quiere. Mentirán sin remordimientos cuando sea necesario.
Pero también existe el psicópata no impulsivo, porque ha aprendido a controlarse.

Es superficial e inteligente: Los psicópatas, sobre todo los integrados, saben actuar de forma correcta ante los demás, tienen don de gentes y son inteligentes. Su gran sociabilidad es como un disfraz para intentar manipular y llevar a la otra persona a su terreno.
Muchos tendrán relaciones superficiales con otras personas, amantes, dobles vidas. No saben amar.

Es agresivo: Entre los psicópatas criminales existen aquellos que son muy brillantes o que saben controlar la agresividad. Pero también están los que son capaces de cometer crímenes atroces, con absoluta frialdad y con deseos de venganza por diferentes motivos, así como por la sensación de ser un “dios”. Los hay que hacen esfuerzos por controlar esa agresividad, ya sea física o verbal, porque no quieren ser descubiertos, pero de alguna manera antes o después harán daño aunque sea emocionalmente. Y no necesariamente cometen delitos violentos, también económicos, fraudes de diversa índole o maltratos psicológicos. Según los investigadores, algunos han sufrido malos tratos en su infancia evolucionando negativamente, otros nacieron biológicamente así, y otros aprendieron estas conductas.

Hay que tener muy en cuenta, que muchos de ellos aprenden habilidades sociales de las que carecen, pero no llegan a formar parte de sí mismos, sino que sin ser capaces de desarrollarlas de verdad, simulan tenerlas para aparentar lo que no son. Necesitan imitar esos sentimientos que ven en los demás para poder conseguir con mayor facilidad sus intereses.

Pero que alguien tenga alguno de estos rasgos no significa que sea un/a psicópata, pues se tendrá que valorar por un profesional, considerando también otras características y factores. Pero sí será bueno fijarnos en estos aspectos, pues lo mejor en caso de encontrarnos con alguien así, es NO ENFRENTARSE sino ALEJARSE de su círculo de acción y evitar lo máximo posible la relación con ellos, cuanto menos sepan de ti, mejor.


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Compagino mi trabajo como funcionaria A1 con mi pasión por la escritura | Jurista del Cuerpo Superior de Técnicos de Instituciones Penitenciarias | Licenciada en Derecho | Titulada en Criminología y Dirección y Gestión de Seguridad | Formación en igualdad y prevención de violencia hacia la mujer | Cinturón Negro Taekwondo | Expresidenta de la Asociación de Técnicos de IIPP | Amante de la lectura | Me gusta ayudar con las palabras

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